viernes, 14 de mayo de 2010

Adios Mel Zelaya

ADIOS MEL ZELAYA



Con lágrimas de hombre te veo partir, montado sobre tu dignidad y acompañado de tu sombrero ranchero. Muchos nada sabían de ti hasta tu derrocamiento. Posiblemente un Presidente más. Pero que ejemplo haz dado; el poder de las oligarquías dominantes, unidas al imperio, fraguaron la más inesperada conspiración: la concertación de todos los poderes del Estado en contra del proceso democrático liberal que permitiría un mayor bienestar para el pueblo. Ejercito, legisladores, jueces, fiscales, miembros eclesiásticos, opositores, todos coludidos para traicionar la democracia y la institucionalidad. No importan los principios, no importan los derechos que antaño juraron respetar, no importa la brutalidad ni el salvajismo que adopte la represión ni la profundidad y extensión que adopte el atropello a los derechos fundamentales del hombre.

Pero tu respuesta digna, Mel, ha sido un ejemplo. No es fácil contener la ira del observador, menos la del protagonista de tales atropellos y atrocidades. Te ayudó tu carácter. Fuiste capaz de contenerte y de contenerlos. Optaste siempre por la vía pacífica. Pudiendo elegir otro camino, regresaste a la patria. Hiciste claridad en la oscuridad: todos los procesos tienen sus judas. Despertaste conciencias. Fuiste una advertencia para los pueblos progresistas; lo inesperado, ya no es inesperado. Alineaste a las vanguardias de la Indo-Afro-América y del mundo. La traición no paga. Nadie los reconoció. Ganaron el Gobierno, pero el golpismo fue desenmascarado.

Recuerdo nuestro diálogo en Chile; mi Carta de Bienvenida y tu respuesta junto al Monumento a Salvador Allende: "Estoy aquí muy agradecido por el respaldo chileno, ustedes han conocido las dictaduras y sé que las condenan","hoy quisiera expresar, frente a la figura de Salvador Allende, mi admiración y mis respetos. Gracias a esta sociedad chilena por esa Carta, porque algún día las grandes Alamedas se abrirán para que recorra el hombre libre".

Como le expresáramos anteriormente, creemos en la existencia de ciertos derechos humanos que deben respetarse a todo trance, bajo cualquier circunstancia y nada puede justificar su inobservancia. La humanidad, después de miles de años de evolución, historia, convivencia, guerras, desórdenes, cultura, civilización, ha convenido en un catálogo contentivo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y ese instrumento se yergue como el punto más excelso en la existencia de la Humanidad y llama a los hombres que creen en la justicia a ir tras aquellos que la han quebrantado. No importa el tiempo que trascurra. No importan las distancias, las investiduras ni las nacionalidades. No queremos ni podemos dejar de ejercer justicia. No es nuestro resorte. Se trata de derechos anteriores y superiores al Estado. Iremos tras ellos donde quieran que se encuentren. Sin animo de venganza, sino anteponiendo la Justicia por sobre todas las cosas. Adiós querido amigo, se que regresarás

Un fraternal y solidario abrazo.
Salud, agitación, resistencia, cambio, reconstrucción, justicia.


Cordialmente.
Ciudadano Ramón Henríquez Conejeros
C.I. 6.378-634-9, Chile.
Asesor Legal.
Dom Av. Pedro Montt, 1391, Santiago, Chile.
RHConejeros@Gmail.com

Comité de Solidaridad con el Pueblo y Gobierno de Honduras.
Santiago de Chile,

Se adhiere a la misiva el
Comité de Solidaridad con el Pueblo y Gobierno de Honduras.
Universidad Bolivariana de Venezuela
Ciudad Bolívar
República Bolivariana de Venezuela.
Profesor Fernando Henríquez C.
JcantaClaro@Gmail.com

viernes, 12 de febrero de 2010

GUANCASCO, TODA UNA TRADICION.


Guancasco, añejo homenaje a la hermandad… a la paz


Alex Darío Rivera M.


Gran fracción de lo que hoy conocemos como el departamento de Santa Bárbara formó parte de los Partidos de San Pedro y Tencoa; este último, fue en los periodos precolonial y colonial un punto de convergencia comercial y cultural debido a que dicha comarca es atravesada por los ríos Ulúa, Jicatuyo, Chamelecón y Gualcarque, todos favorables a la pequeña navegación de canoa, condición idónea para conformar lo que fue una importante red de comercio, sin olvidar, su estratégica ubicación cercana a la costa norte y a la Capitanía General de Guatemala. El Partido y Encomienda de Tencoa estaba “conformado por doce poblados en espacio de trece o catorce leguas entre los que podemos mencionar Tencoa, Ojuera, Ymalera, Celilaca, Suchitepeque, Jalapa, Carcamo, Quetzaltepeque, Macholoa, Ilamatepeque, Gualala y Yamalá, pueblos que para el año de 1632 tienen mil y cien (1100) personas de confesión, su lengua materna es Care y tienen tres religiosos eminentes en esta lengua que les administran y predican” (Fray Francisco Gonzáles. 1632). En torno a estos pueblos, muchos de los cuales lograron sobrevivir al exterminio de la “conquista”, giraba gran parte de las relaciones comerciales y, por supuesto esa interacción supuso el intercambio de una amplia amalgama de costumbres, ritos y tradiciones que lamentablemente se han ido soslayando al pasar del tiempo. Una de estas celebraciones tradicionales es el Guancasco que se celebra entre los pueblos de Ilama, Gualala y Chinda en el departamento de Santa Bárbara. Ceremonia que ha llegado hasta nosotros producto de un marcado sincretismo religioso, pero cuya festividad paulatinamente pierde trascendencia. Con Cristóbal de Olid llegó un gran contingente mejicano que se estableció en Naco, villa que con anterioridad había mantenido contactos comerciales con Méjico. La llegada de dichos indígenas mejicanos significó una marcada influencia cultural en las poblaciones del sector, tal es el caso que lograron conformar pueblos en Honduras como Mejicapa (Cerca de Gracias), impusieron patronos religiosos en varias poblaciones, como ocurrió en Gracias con la virgen de Guadalupe o la “lingua franca” nahoa que se arraigó en estas tierras. A partir de ese fenómeno migratorio y cultural, varios historiadores consideran que el Guancasco es una huella de ellos (mejicanos) en nuestro folclor, consideración ésta que se pone en duda cuando el cronista español de Herrera (Siglo XVI) manifiesta en su escrito titulado “De las costumbres, i ritos de los naturales de Iberas, i de Honduras” <<>>. Dando fe de que el comentario del cronista Herrera hace alusión a lo que conocemos como Guancasco, existe un elemento de auxilio que permitiría desvirtuar la asignación de dicha tradición como una herencia mejicana. Esta justificación es de tiempo. Desde la llegada de los mejicanos con Olid, hasta la fecha en que de Herrera recoge su vivencia, es casi imposible que el Guancasco si hubiese sido traído por los mencionados indígenas se extendiera y adoptara por parte de los poblados indígenas de estas tierras. Esta aseveración permite, casi con total certeza, que de coincidir la descripción del cronista con lo que conocemos como Guancasco, esta ceremonia se celebraba en estas tierras antes de la llegada de los indígenas mejicanos. Sin duda alguna, el cronista se refería a la costumbre Lenca de luchar entre ellos y establecer pactos de paz en determinados momentos, estos sucedía únicamente entre los pueblos que hablaban la misma lengua, gracias a estos pactos se facilitó la confederación indígena de Elempira en el año de 1537 que permitió oponer resistencia a los españoles, solo a través de dichos pactos pudieron unirse los diversos señoríos y resistir durante un tiempo a ser “conquistados”. Para describir el Guancasco que celebran las comunidades santabarbarenses ya mencionadas, basta con transcribir la percepción que en los años treinta el poeta, dramaturgo e historiador ilameño José María Tobías Rosa tenía de dicha celebración “los vecinos del municipio de Ilama comenzaban a recibir cada primero de febrero, grandes peregrinaciones de Gualala y Chinda, estos llegaban acompañando las imágenes que habían salido a colectar limosnas para la festividad que iniciaba ese día. Al aproximarse las peregrinaciones, los/as vecinos/as salían a su encuentro, conducían las imágenes a la iglesia en donde las depositaban junto con las limosnas recogidas durante la peregrinación. Los/as visitantes eran trasladados al Cabildo Municipal, donde se les proporcionaban guacales de chilate, sus respectivos buñuelos, torrejas o pan enmielado. Mientras comían, los oradores de Gualala y Chinda pronunciaban amplios discursos de hermandad entre dichos pueblos, enfatizando no dejar relegada nunca esta antigua y tradicional costumbre; luego, el orador de Ilama también discursaba, a la vez ofrecía el chilate con el que los vecinos/as reciben a los amigos visitantes. En seguida, iniciaba la fiesta que duraba hasta el día siguiente. Como los Guancascos son recíprocos, el pueblo ilameño de igual manera va con sus peregrinos a Gualala en el mes de enero y a Chinda en el mes de agosto, fechas que en estos pueblos celebran sus festividades”. Durante años, el Guancasco ha sido un pretexto de encuentro para hermanarse, compartir y convivir. En sus celebraciones se han acuñado frases celebres que se quedaron prendidas en la memoria popular y se transfieren de generación en generación gracias a la aún vital tradición oral. Una de ellas, la enunció un gualaleño en el marco de dicho rito apoteosis y narra de manera metafórica el designio del festejo: “Como el bejuco de matapalo que se abraza por siempre al centenario árbol de higo en esta plaza ilameña, así se abrazarán por siempre nuestros pueblos, en un abrazo de hermandad”. Pese a que el sentido del intercambio, la hermandad, la solidaridad y el respeto, hoy más que nunca tienen vigencia en una sociedad convulsionada por el consumismo y la competencia individualizada, la celebración del Guancasco como muchas otras tradiciones se extingue aceleradamente. Un rasgo cultural en el cual podemos interpretarnos, cada año mengua, fortaleciendo aún más nuestro desarraigo, puesto que por ello tal vez, el antropólogo francés Claude Lévi-Strauss se refiere a la “crisis de identidad”, calificándola como el “nuevo mal del siglo”. Él afirma que: “cuando se hunden hábitos seculares, cuando desaparecen modos de vida, cuando se evaporan las viejas solidaridades, es fácil por cierto, que se produzca una crisis de identidad”.


Alex Darío Rivera M: Educador y Promotor Cultural Santabarbarense, Licenciado en Ciencias Sociales por la Universidad Pedagógica Nacional “Francisco Morazán”, autor del libro de poesía Introspecciones Extintas. E mail: alexdesantabarbara@yahoo.com

domingo, 10 de enero de 2010

VENAS ABIERTAS, UNA HERIDA TODAVÍA SANGRANTE.


LAS VENAS ABIERTAS DE AMÉRICA LATINA
Eduardo Galeano, nuestro compatriota-de la patria grande entiendase- publicó en 1971 el libro que le da el titulo a estas lineas. Se trata de un libro conmovedor, abridor de ojos, imprescindible para un Latino Americano y en estos momentos mas vigente que antes.
el libro es una colección de ensayos muy bien documentados sobre nuestra América, vista de una manera global, como una sola patria, como debe ser.
Eduardo nos habla de unas venas todavía sangrantes que dejan escapar la riqueza de nuestras tierras y por ende la vida de sus habitantes. Nos narra el padecer de una patria especializada en perder, de una región que "sigue trabajando de sirvienta" pero que "continúa existiendo al servicio de las necesidades ajenas, como fuente de reserva del petróleo y el hierro, el cobre y la carne, las frutas y el café"
conviene en este punto citar que el marco en que se escribe el libro es un capitulo de nuestra historia lleno de conflictos ideológicos, de enfrentamientos políticos, de golpes de estado como el que le toca al mismo escritor presenciar en su patria(Uruguay 1973).
Por estas situaciones políticas Galeano se ve forzado al exilio, siendo sensurado por los gobiernos militares de sudamerica, incluso en su propio país.
El libro hoy por hoy es un clásico, a mi pensar de obligatoria lectura para los latino americanos.
en su libro Galeano nos relata de "la pobreza del hombre como resultado de la riqueza de la tierra", de las fiebres que han plagado la frente de los hombres. La fiebre del oro, de la plata, del poder y cómo desde el "descubrimiento" mismo inicia la agonía de este continente.
En la primera parte del libro encontramos a nuestra profunda Honduras y Galeano nos recuerda que aquí vale mas una "mula que un diputado" y aunque eso aplicaba para los extranjeros de la época bananera, para nosotros actualmente continúa siendo cierto, pese a que nuestros padrastros de la patria -viles por cierto- ya no se venden al precio de una mula, siendo ahora su voracidad insaciable, continúa siendo cierto, para el pueblo pueblo una mula es mas útil que un diputado y por tanto mas valiosa.
En la segunda parte se nos sentencia que bajo los estándares insaciables "el desarrollo es un viaje con mas naufragos que navegantes", agregamos aquí que el mar donde hay tantos naufragos es la sangre de nuestra América, herida, casi agonizante que día a día sufre y se desnutre, se retrasa, se olvida y se pierde en la grandeza de su historia para enfrentar cada vez un presente mas difícil.
Nuestra América unida, es un territorio grande, un mercado inmenso, una probable economía de grandes dimensiones que pondría a temblar hasta al mas grande de los gigantes. Es mas conveniente tener un continente hecho paises que a un país formando un continente. Solo imaginarlo me produce escalofríos, un país desde México hasta el Cabo de Hornos, un sueño quizá pero un gran sueño.
El día en que nuestros gobernantes tengan la conciencia social, que sean gente común que tengan los pies sobre la tierra, que sepan lo que es caminar descalzo, que sepan lo que es bañarse con agua fría y a baldazos y que entiendan el maíz no como un grano sino como una herencia, el día en que los brazos ahora abiertos de América Latina se unan ese día las venas iniciaran su proceso de curación y aunque las cicatrices perduren el sangrado habrá cesado.